La sinceridad es una de las virtudes por excelencia o por lo menos de las más importantes en mi casa.
Según a RAE (Real Academia Española) la sinceridad es sencillez, veracidad, un modo de expresarse o de comportarse libre de fingimiento.
Para que nos queda claro ser sincero es ‘no tergiversar lo sucedido a tu favor, no omitir parte de la historia o mentir sobre lo ocurrido’.
¿Por qué mienten los niños?
Hay muchas causas. Puede ser que intenten librarse de un castigo, que traten de proteger a otro, o que quieran presumir delante los demás.
Antes de los 3 años es casi imposible que entiendan qué es la sinceridad, así que no te angusties. Es algo que aprenderán poco a poco, especialmente con el ejemplo de los adultos que los rodean.
- Todos los niños quieren sentirse aceptados en un circulo social. A veces dicen que tienen o han hecho cosas que no son ciertas para poder integrarse en la conversación de un grupo. Son pequeñas tonterías, pero ni siquiera esas debemos aceptarlas (aunque siempre es mejor reprenderles en privado). Hay que enseñarles a ser sinceros siempre.
- Otras veces es por falta de valentía a enfrentarse a las consecuencias de un mal acto. En su lugar, bebemos enseñarles a asumir esas consecuencias, para atender de los errores hay que enfrentarse a ellos no esconderse.
- Y lo peor, a veces lo aprenden de los adultos. Hay que andarse con mil ojos cuando hablamos con los niños porque lo que digamos podrían interpretarlo al pie de la letra y decirlo cuando no deben.
Si dices: «Iremos al parque después de la escuela» y luego no vais es posible que te digan que eres una mentirosa. Por eso es mejor decir …«Vamos a intentar ir al parque después del cole» o «A ver si podemos pasarnos por la tienda esta tarde». De esta manera no estas dando por hecho algo y luego no te podrán reclamar con razón.
«YO NUNCA MIENTO» eso es lo que yo siempre recalco a los niños. Y me espero para que así se haga conmigo.
¿Cómo podemos enseñarles a ser sinceros?
La sinceridad es una virtud que va de la mano de la confianza. No puede haber una relación sana, ya sea de matrimonio o de padres e hijos, que no está basada en la sinceridad.
Debemos cuidar mucho las relaciones familiares, por eso tenemos que hacer mucho incapié en la sinceridad. Para trabajar la sinceridad en familia puedes seguir estos consejos:
- No les juzgues ni reproches. Si no se sienten cómodos hablando con sus padres incluso cuando se han equivocado, la próxima vez no serán sinceros con vosotros.
- No mintáis vosotros. Hay pequeñas mentiras (las «mentiras piadosas») que no están mal vistas en el adultos. Por ejemplo, cuando quieres cortar una conversación y dices «Me tengo que ir que me están esperando». También cuando llaman y la persona no quiere hablar por teléfono y dices «No está ahora mismo, le aviso cuando venga».
Nunca, nunca, nunca mintáis. Las normas en casa son iguales para todos. Eso va también por las promesas. Si no puedes cumplirlas, no las hagas.
- Alábales cuando te digan la verdad. Es muy importante que los niños sean valientes y den la cara cuando han hecho algo incorrecto. Por eso es importante elogiar que sean sinceros y que esa actitud fortalezca la confianza que tienes en ellos.
Eso no quita que no tengan una consecuencia para subsanar lo que ha pasado. Los actos tienen consecuencias. Si no han sido sinceros, habla con ellos y explícales lo importante que es en tu familia la sinceridad. No les castigues por no ser sinceros. En su lugar explícales que has visto mermada la confianza que tienes en ellos y que, por el momento, no podrán hacer cosas para las cuales necesitas tener más confianza en ellos.