Todos hemos vivido en algún momento alguna rabieta de nuestro hij@, las rabietas son algo muy común y además muy natural, pues muchas veces al carecer de vocabulario con el que expresarse nos muestran su enfado a través de la rabieta.

Mis hij@s ya son más mayores, y las rabietas de niño pequeño han desaparecido dando paso a enfados monumentales dignos de la mejor película de Hollywood.

En «el collar de macarrones» nos gusta preguntar a gente experta como ya os contábamos en el post de «madres imperfectas, hijos felices», nos encanta que nos cuenten trucos, que nos expliquen si lo que nos ocurre en casa es normal, y todo eso os lo contamos.

¿Que hacemos con las rabietas o enfados monumentales?

Una vez comentado esto con el psicólogo que nos encanta por su visión educativa en positivo, llegamos a 2 conclusiones:

  1. Las rabietas en general, se aplacan con amor, debemos intentar tranquilizar al niño (quizás siempre has escuchado que dejes al niñ@ llorar hasta que se canse) a nosotras nos han recomendado lo contraio: darle un fuerte abrazo que casi los inmovilice, eso lo tranquiliza más y además evitas transmitirle la sensación de incomprensión que tan poco nos gusta a todos los seres humanos.
  2. Después de la rabieta, es momento de pensar, comprender y razonar. Cuando hayamos conseguido superar el berrinche inicial donde no escuchan y no hay lugar a la razón, no podemos dejarlo ahí.

Y aquí viene el truco que nos ha encantado para controlar las rabietas:

Nos contaron que la mejor manera de que piensen y se relajen es sacar “LA BOTELLA DE LA PAZ” y después, cuando se haya calmado debemos intentar hablar con el niño, que nos explique porque se ha sentido tan mal como para ponerse así, ya que si sólo nos quedamos con que la rabieta ha pasado y ya no está llorando, no estamos yendo a la raíz del problema y por tanto no le estamos dando solución.

Os recomendamos este artículo donde explican fenomenal como utilizar este preciado bote. Nosotras lo hemos probado y ¡nos ha gustado tanto que os lo contamos!

LA BOTELLA DE LA PAZ

Está elaborada a partir de purpurina, y su objetivo es ayudar a los niños a manejar sus sentimientos. Cuando el niño la agita, observa cómo la purpurina se mezcla con el agua formando una líquido coloreado y descontrolado, podemos explicarle que así es como se ha sentido cuando estaba enfadado, si observas la botella puedes ver claramente como la purpurina se va posando y separándose del agua y el nerviosismo va pasando y el niño consigue relajarse.

Lo ideal es que le des al niño la botella de la calma y le digas: «cuando la purpurina se haya posado por completo en el fondo me avisas y hablamos sobre lo que ha pasado», de esta forma el niño se relaja, no piensa en lo que acaba de suceder, pues ver la purpurina posarse es algo hipnótico que engancha hasta a los adultos.

Vamos a contarte cómo preparar tu propia botella de la paz en casa:

MATERIALES NECESARIOS

  • 1 bote de plástico
  • Purpurina del color que quieras (también puedes meter purpurina con formas)
  • Pegamento de purpurina o transparente
  • Agua caliente o templada
  • Loctite o cola de contacto
  • Elementos decorativos (nosotras hemos utilizado madroños, y una tela que nos gustaba)

PASOS PARA HACER LA BOTELLA DE LA PAZ

  1. Vierte agua templada o caliente en el bote de plástico dejando 4 o 5 dedos sin rellenar.
  2. Ahora, echa dos cucharadas soperas de pegamento con purpurina y remueve bien.
  3. Echa la purpurina en polvo a la mezcla, si quieres puedes meter purpurina con formas, nosotras en este caso hemos metido estrellitas de colores.
  4. Mezcla yodo bien
  5. Sólo te queda cerrar el bote con la tapa y pegar la tapa con cola de contacto para que el niño no pueda abrirla.
  6. Decora y ¡ya tienes tu botella de la paz!

Las rabietas