Si te pidiera que dibujaras a un niño o a una niña ¿Cómo lo harías? ¿Haciendo qué?

Sin duda lo harías jugando ¿Verdad?

¿Dirías a simple vista qué tipo de persona será según el tipo de juguete que esté utilizando?

¿Crees que alguien que esté jugando con un juego de construcción será en el futuro una persona adulta pacífica, tranquila y con control de sus emociones e impulsos?

¿Piensas que quién esté jugando con pistolas de agua en una piscina será alguien propenso a la violencia contra sus semejantes?

Es difícil responder a este tipo de preguntas. No se puede prever qué tipo de conductas serán las preferidas en la edad adulta partiendo del tipo de juguetes que se utilizan en la infancia.

Existe un debate abierto sobre el permitir (o no) el uso de juguetes bélicos y su futura repercusión. Creo que es importante matizar algunos conceptos para que seas tú misma quien tengas tu propio criterio a la hora de decidir.

¿Qué es el juego?

Te explicaré qué es en realidad el juego, cuál es su significado y lo que representa en los primeros años de vida.

El juego es propio de la actividad humana, y aunque empieza muy pronto, perdura durante toda la vida. Si te fijas, es muy fácil reconocer cuando alguien está jugando, pero difícil identificar en qué consiste el juego, ya que son conductas de lo más variado. A pesar de esta gran variedad, lo que está claro es que siempre existirá el factor común de que su práctica produce un placer en sí mismo. Se juega por jugar.

El estudio del juego tiene un lugar privilegiado en el estudio del desarrollo del niño, por lo que hay autores que han dedicado gran parte de sus investigaciones a este tema.

Karl Gross explica que es un fenómeno ligado al crecimiento, siendo un ejercicio preparatorio para el desarrollo de funciones que serán necesarias en su vida adulta. El hecho de que en el juego se actúe haciendo “como si”, va a permitir que se realicen actividades que más tarde serán necesarias en la vida adulta. La finalidad sería el juego en sí mismo, ya que el niño se interesa más por los procesos que por los resultados de la actividad.

El juego no es ni más ni menos que una manifestación de la capacidad de representar el mundo. El niño necesita representar la realidad para poder actuar sobre ella y así poder anticipar qué va a ocurrir. No pensemos que ven la misma realidad que los adultos. Por supuesto que no. Ellos tendrán que ir forjando su propia visión del mundo.

Simplemente recuerda cuando eras pequeña y con unas pocas monedas pretendías comprar media tienda de chuches. Seguro que te suena alguna anécdota así. Pues igual que con el valor del dinero sucede con todo lo demás. Aprender el significado de las emociones, de lo que sería una buena conducta y de lo que no, aunque el desarrollo del juicio moral aparece mucho más tarde. Y es a través de ahí, de conductas como el dibujo, el lenguaje, la imitación o del juego, cómo serán capaces de plasmar la realidad.

¿Cómo juegan los niños?

NIÑOS DE 2 A 6 AÑOS:

Entre los dos y los seis años predomina el juego simbólico, el juego de simulación. Verás que cualquier cosa les vale y darán un significado diferente al que el objeto tiene de por sí. Según Piaget es aquí cuando aparece la propia capacidad de representación, a los dos años de vida. A partir de este momento surgen cada vez más actividades de tipo simbólico, pero con un propósito lúdico.

foto de freepik.es

NIÑOS A PARTIR DE 4 AÑOS

A los cuatro años, se observan progresos en cuanto a la complejidad de los juegos, habiendo una representación de la realidad cada vez más exacta. Si te fijas un poco, verás cómo empiezan a hacer reproducciones de situaciones que en verdad son esquemas sociales. Juegan a papás y a mamás, a médicos, tiendas, escuelas… y cualquier tipo de situación en la que cada niño representa un papel distinto como si de un guion se tratara. Es fácil verles discutir sobre quién va a desempeñar cada papel y se fijan planes de acción, cambiando los objetos y las situaciones según les convenga. Pero siempre tienen muy claro que se trata de un juego, y cuando terminan, dan muestras de que la representación ha terminado.

Los objetos tienen un papel importante, y con cualquier cosa son capaces de simular un avión, un tren, o lo que necesiten en ese momento. Aunque los protagonistas vayan cambiando, a partir de aquí es curioso ver cómo van conformando los estereotipos. Toman los temas de la trama del mundo que les rodea, de situaciones que vean en casa, o en la televisión, pero la edad es la que determina cómo se tratarán los contenidos.

Y aquí está lo que creo que sería el punto clave de la cuestión ¿Qué tipo de contenido existe en el mundo que les rodea? Juegos de ordenador, programas de televisión…

Una de las fuentes más poderosas de aprendizaje es el que se realiza por imitación de modelos ¿Qué prototipos son los que tiene más a mano? A esta edad no conocen el significado de la guerra, de la muerte o del deseo de venganza.

Este tipo de juego para el desarrollo del niño es sumamente importante, ya que favorece sus interacciones sociales, y sirve para la resolución de conflictos. Es una forma de manifestar sus sentimientos, emociones y su relación con la realidad.

NIÑOS A PARTIR DE LOS 7 AÑOS

A partir de los siete años aproximadamente el juego simbólico se hará más complejo, y comienzan a utilizar disfraces o representaciones teatrales. Empieza a aparecer el juego de reglas.

De aquí en adelante aparecen dos puntos importantes que hasta ahora no se tienen en cuenta. Cooperación y competencia. Hasta este momento primaba el egocentrismo, pero poco a poco va desapareciendo para dejar paso al desarrollo social.

En este tipo de juegos sin la labor de todos no hay juego. Hay una competición en la que uno de ellos o un equipo gana, mientras que el otro pierde.

foto de freepik.es

Los juguetes bélicos no determina el juego

Hasta aquí, lo que es universalmente reconocido son las etapas por las que transcurre el desarrollo del juego. Y ahora toca forjar un criterio propio sobre la conveniencia o no de que tus hijos e hijas utilicen juguetes bélicos en sus juegos. No olvides que atendiendo a todo esto, no es el juguete el que determina el juego a realizar, sino que cuando el menor ve escenas bélicas en televisión, video juegos o cuentos, va a tender a jugar a representarlas. Una escena violenta puede ser representada con un ataque verbal, o haciendo que coma algo que no le gusta forzando con una simple cuchara en un juego.

Solamente mencionar un tema que daría para escribir mucho sobre ello: el bullying o acoso escolar. Éste no se manifiesta por la utilización de  juguetes bélicos.

Otro punto a tener en cuenta es que como madre decidas no proporcionar ese tipo de juguetes, y si tienen la necesidad de representar una escena de pelea o de jugar a ser más poderoso, pueden hacerlo sin recurrir a ese tipo de objetos. Se les puede transmitir la idea de que no nos gustan las guerras ni situaciones en las que muera gente, aunque ellos no tengan aún forjado el concepto.

También es importante controlar el material audiovisual que llega a sus manos, ya que ahí sí que tienen oportunidad de ver de manera explícita lo que la violencia supone. Entre los tipos de violencia no que hay que olvidar también la psicológica.

Tema controvertido el del uso del juguete bélico, pero espero haber podido clarificar al menos cómo funciona la mente del niño para a partir de ahí puedas decidir qué hacer en cada momento.

Contribuyamos como personas adultas al fomento de una infancia feliz y con valores. Con diálogo y las bases necesarias para que los niños y niñas de hoy sean los adultos del mañana capaces de hacer un mundo mejor.

 

Soy Pilar, psicóloga y maestra. Intento poner mi granito de arena para conseguir que se viva sin miedo esta época que nos ha tocado vivir y que más de una vez nos lleva a pensar que todo esto se nos está yendo de las manos. El hecho de haber vivido situaciones de crisis, inseguridades, nuevos roles y ganas de salir corriendo en no pocas ocasiones, hace que me considere realistamente soñadora al creer que cada momento de cambio es una oportunidad y un reto que merece la pena aprovechar.

Podéis saber más sobre mí en mi web: www.pilartejeropsicologa.com y seguirme en mis redes sociales: facebook, instagrampinterest.

 

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