Fotografía de freepick.es

Estimada profesora.

Soy la madre de uno de los alumnos nuevos que tendrás este año.

Se están acabando las vacaciones de verano y por casa ya ha empezado a notarse la ilusión y la ansiedad (a partes iguales) por empezar el nuevo curso.

Como todos los años, estas largas vacaciones de casi 3 meses hemos tenido de todo: mañanas de repaso, tardes refrescantes en piscina, juegos de chapas con los primos, intentos de quedarse despierto hasta a madrugada con los amigos, exploraciones por los alrededores con la bici, búsqueda y captura de cangrejos, y alguna que otra tarde aburrida. Con todo esto entenderás que volver a la rutina sea casi misión imposible.

Imagino que tú también has podido disfrutar en tus vacaciones. Espero que hayas cogido una gran bocanada de aire fresco, porque la vas a necesitar. La vas a necesitar para poder lidiar la primera semana de escuela con los 25 revoltosos que se van a encontrar de nuevo en tu aula, otra vez entre 4 paredes, queriendo contar «a grito pelao» lo que han hecho tantos días sin verse.

Por ello te quería pedir en esta carta que tuvieras mucha paciencia con ellos.

Querida profesora te quería pedir …

Sé lo que te estoy pidiendo, y es difícil. A veces ni yo misma lo consigo y eso que son mis hijos y sólo son 3.

Sé que pasas con ellos 8 horas todos los días, pero son las mejores horas del día. Están frescos y despiertos. Así que disfrútalos. A casa me llegan agotados y con mil tareas que hacer. Ojalá este año vengan con menos tareas para poder disfrutar juntos las tardes.

Sé que a veces no paran de hablar y que te impiden dar la clase en condiciones. Normal que tengas que poner orden, pero a veces necesitan ser escuchados por los adultos. Luego, cuando yo les recojo, te prometo que me cuesta un mundo sacarles una frase de lo que han hecho en el día.

Por favor, intenta sacar lo mejor de ellos de forma positiva, incentívales y emociónales para superarse a diario. Los castigos, los puntos rojos o negativos, no hace más que ponerles en evidencia y no da resultado (ni inmediato ni a largo plazo). Créeme, lo he probado en casa y no es efectivo. Si tienes que hablar con ellos para que se pongan las pilas, no lo hagas delante de todos, lo más seguro es que tenga el efecto contrario.

No les chilles, ni les faltes el respeto. Aunque estoy segura que no lo harás. Les enseño a diario que no deben hacerlo a los demás y les recuerdo que nadie debe hacérselos a ellos, ni siquiera un adulto. Porque para educar bien es importante respetar.

Sé también que tienes niños inquietos en clase. Es posible que uno de ellos sea el mío. Es algo que hemos estado trabajando hace un tiempo y ha mejorado mucho, pero igual el primer día de cole ya lo «etiquetas» como el revoltoso de la clase. Sólo necesita un tiempo (igual más que el resto) para unirse a las rutinas. Aunque también es posible que después de meses haciéndolo genial, tenga un par de semanas que esté totalmente descolocado. Lo siento, sé que tienes 24 niños más y no puedes ponerte a tener empatía con él, pero es que yo tampoco he encontrado el botón de «modo automático» de mi hijo. He llegado a la conclusión que no lo tiene.

No quiero molestarte más, pero sí quería pedirte por último que les eches un vistazo a nivel social. Sé que luego en las notas calificáis las matemáticas, el lenguaje, sociales, … pero es que en el cole aprenden mucho más. Allí se socializan con sus pares y tienen que aprender a hacer frente a problemitas que es posible que les afecten el resto del día. Estoy segura que muchas veces te piden ayuda y tu consejo les servirá mucho.

Fotografía de freepick.es

Muchísimas gracias por tu tiempo, por el que dedicas a diario a enseñar a nuestros hijos.

No olvides que, como madre, estoy aquí para lo que necesites. Siempre he creído que los profesores y la familia tienen que mirar hacia el mismo objetivo: el aprendizaje del niño. Si alguna vez tienes algo que decirme sobre mis hijos, cuenta conmigo para encontrarle la mejor solución.

Atentamente, la mamá de tu nuevo alumno.

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