Los peques de la casa empiezan el colegio o la guardería y tenemos que ser conscientes de que aunque para nosotros sea un simple cambio de etapa, para ellos puede llegar a ser algo mucho más significativo.

Es posible que los primeros días hayan empezado muy contentos, pero unos días después la cosa a veces cambia. Ya no es tanta la novedad y se dan cuenta que están solos sin mamá y se va convirtiendo en algo rutinario.

Es entonces cuando dejan de querer ir al cole o guardería y se ponen a llorar. Dales tiempo y mucho cariño, no es fácil pasar por estas nuevas etapas.

Eso sí. No se te ocurra decirle ninguna de estas frases a tus hijos:

7 frases que no tienes que decirles a tus hijos el primer día de clase

NO TE PORTES MAL.  Cuando le dices esto estas dudando de él, no lo hagas. Es importante que él/ella note tu confianza. Y es tan fácil decir: «Pórtate igual de bien que te portas en casa»

NO TE PREOCUPES, VENGO ENSEGUIDA. No le mientas. No vas a volver enseguida, vas a tardar bastante rato en volver a recogerle. Así que lo mejor es que le digas la verdad y se lo expliques. Es importante que confíe en tu palabra. Además se quedará ansioso esperando a una madre que le ha dicho que volvía pronto y no vuelve.

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NO LLORES, QUE ERES MAYOR. Es posible que lo/a veas mayor, pero no lo es tanto. Además tiene derecho a tener miedo o estar sensible y desconfiado/a, y es posible que la mejor forma que tiene de expresarse o desahogarse sea llorando. Ni es mayor, ni no puede llorar

VAS A SER EL/LA MEJOR DE LA CLASE. No hace falta que le des falsas expectativas al niño. Se frustrará rápidamente si ve que no es tan bueno/a como le decían en casa. Tiene que saber que él/ella es bueno/a para unas cosas y otros niños son mejores que él/ella en otras. Y no pasa nada. Tampoco es plan de fomentarle la competitividad.

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SI NO PARAS DE LLORAR, ME VOY. Sabes que vas a irte a igual, así que no lo chantajees, no es necesario.

VENGA, QUE TAMPOCO ES PARA TANTO. Para él/ella sí que es para tanto, así que no estaría de más que le mostraras un poco de empatía y te pusieras en sus zapatos. Puedes contarle las peripecias de cundo tú fuiste al cole de mayores, por ejemplo.

TUS HERMANOS LO HICIERON GENIAL Y NO LLORABAN. Cada niño es un mundo, no les compares. Puede que sus hermanos mayores no lo hicieran, pero seguro que hicieron otras cosas. Mientras tanto en vez de alentarlo a no llorar como sus hermanos, le estás dando el mensaje de que él/ella es «peor» que sus hermanos.

Por el contrario, seguro que le ayudas a superarlo con frases positivas y alabando el gran esfuerzo que está haciendo cada día superando su miedo. Recuerda hablar con él o ella sobre cómo ha dio el día en el cole y qué es lo que más le ha gustado y divertido. Es cuestión de tiempo que se acostumbre.

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